Cuando nuestros hijos son pequeños, los pediatras son los profesionales sanitarios que se encargan de las revisiones generales tanto para prevenir enfermedades como para asegurar el buen desarrollo y estado de salud de los más pequeños. No es común que los padres lleven a sus hijos al dentista hasta que no surge un problema bucodental. Sin embargo, la salud oral es un aspecto más de nuestra salud física y de nuestro bienestar y es importante que los niños acudan al dentista para aprender buenos hábitos de higiene dental.
La primera visita puede asustarles, pues se trata de una situación nueva y desconocida para ellos. Por eso, hoy os vamos a dar una serie de consejos para hacer que la primera visita al dentista de vuestros hijos sea lo más llevadera posible.
¿Cuándo llevar a un niño al dentista por primera vez?
Los dentistas con experiencia en el tratamiento con pequeños pacientes recomiendan que la primera visita de un niño al dentista sea cuando ha cumplido su primer año. Un buen odontólogo podrá enseñarles a los padres el cuidado correcto de los dientes de leche y la detección precoz de problemas con la mordida o caries, entre otros.
Las consultas de los dentistas suelen tener una estética y actitud amigable para facilitar esas primeras visitas que tanto asustan a los niños. Además, estos profesionales saben cómo tratar con niños y se adaptan a las necesidades de cada uno en función de su edad, facilitando que tengan una buena experiencia en la que estén cómodos.
¿Cada cuánto deben ir los niños al dentista?
El Consejo General de Dentistas de España considera la etapa de los 0 a los 3 años de carácter preventivo, ya que es cuando comienzan a erupcionar los dientes de leche, muy importantes aunque sean temporales. Recomiendan una visita cada 6 meses en caso de no existir problemas de salud bucodental.
Sin embargo, si existe algún riesgo en concreto para el niño detectado por el especialista, estas visitas deben de realizarse cada 3 meses si así se aconseja.
También hay que tener en cuenta que a partir de los 5 años, los niños ya pueden cepillarse los dientes ellos solos, pero se recomienda una supervisión directa por parte de los padres, ya que aún están aprendiendo y pueden necesitar cierta guía.
10 consejos para tener una experiencia agradable en el dentista infantil
Tanto si te preocupa que a tu hijo le pueda dar miedo el dentista como si simplemente quieres asegurarte de que las primeras experiencias son más o menos agradables, estos son algunos consejos que quizá te resulten útiles:
1. Busca un dentista de confianza
Es importante que, a la hora de que un dentista trate a nuestros hijos, optemos por uno de confianza. Muchos padres confían en su propio odontólogo, ya que tienen una buena experiencia con él, y esto no deja de ser una buena decisión: conocemos al profesional, él nos conoce a nosotros y sabemos de primera mano que su trabajo ofrece una buena experiencia.
Si nosotros mismos no estamos contentos con nuestro dentista y buscamos un especialista en la salud bucodental infantil, una persona con experiencia con niños, lo mejor que podemos hacer es buscar recomendaciones de amigos e informarse lo máximo posible sobre los profesionales que nos rodean.
2. No engañarles acerca de la consulta
Muchos padres optan por ocultar a sus hijos dónde van y qué van a hacer en un intento por no asustarles. Sin embargo, hablar previamente con los niños acerca de las situaciones nuevas a las que se van a enfrentar, les ayuda a estar preparados.
3. Explicarles la importancia de ir al dentista
Es importante que comprendan que el dentista es como el médico y que ellos se encargan de cuidarnos para que estemos bien. Podemos apoyarnos de dibujos o vídeos en internet.
4. No crear falsas expectativas
Esto va de la mano con el segundo punto, ya que si les prometemos que los procedimientos no duelen y después sí que les duele, aumentará su desconfianza. Además, hacer comentarios sobre un posible dolor, les predispone a estar alerta, lo que aumenta la percepción de dolor. Cuando llevamos a nuestros hijos a los columpios por primera vez no les decimos que estén tranquilos que no les va a doler nada, el niño podría asustarse. Hay que normalizar la visita al dentista independientemente de si los padres han sufrido malas experiencias previas.
5. Mantener la calma
Si los adultos se muestran asustados o ansiosos ante la idea de acudir al dentista, los hijos no tardarán en imitar ese comportamiento, pues entienden que el dentista es peligroso. Los padres deben tratar de inspirar calma y seguridad.
6. No dejarles solos
Ante una situación extraña, los niños se aferran a sus figuras de apego, pues son quienes les proporcionan seguridad ante potenciales peligros. Por eso, es importante acompañarles en todo momento durante las primeras consultas y mostrarnos como un apoyo incondicional.
7. Familiarizarles con los elementos de la clínica
La mejor forma de enfrentarnos a situaciones nuevas es exponiéndonos a ellas. Hay que familiarizar a los niños con los sillones y las herramientas que se van a utilizar para que vean que no suponen una amenaza para ellos.
8. Presentar la consulta como una actividad más
Relacionado con los puntos 2 y 4, resulta útil avisar con unos días de antelación de que se acudirá al dentista. Es importante hacerlo con naturalidad y un tono positivo, como si fuera una actividad más.
9. Fijar las citas por las mañanas
Por las mañanas los niños suelen estar más alegres, pues están descansados y ya han desayunado. Estando de buen humor las situaciones nuevas se afrontan mucho mejor que estando cansados o hambrientos.
10. No utilizar nunca el dentista como amenaza
Utilizar el ir al dentista como amenaza o advertencia cuando los niños comen muchos dulces o se niega a cepillarse los dientes, va a reforzar la sensación de que el dentista es peligroso, hace daño y, en general, que es un castigo.
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