La pérdida del hueso maxilar puede darse por diversos motivos, la principal es la perdida de los dientes, aunque hay otras como por ejemplo un traumatismo, periodontitis, etc. Y esto, como bien sabemos, puede suponer un inconveniente cuando necesitamos implantes dentales, pero no contamos con el suficiente soporte óseo.
Por ello, la elevación del seno maxilar puede ser la solución que estabas buscando. Se trata de una cirugía oral avanzada de regeneración ósea, con la que buscamos incrementar la cantidad y calidad del hueso para facilitar la colocación de implantes. Esto se hace para que haya suficiente altura a la hora de colocar los implantes de una longitud adecuada.
Veamos en qué consiste esta técnica, cómo se colocan los implantes posteriormente y qué resultados podemos esperar.
En qué consiste la elevación del seno maxilar
La elevación del seno maxilar es una técnica segura y efectiva, que permite aumentar verticalmente la cantidad de hueso disponible en las zonas en las que el paciente, por el motivo que sea, ha sufrido una pérdida ósea drástica que impide la correcta sujeción de los implantes.
Se trata de un procedimiento que se lleva a cabo mediante anestesia local, con o sin sedación, cuya ventaja principal es la de posibilitar la reposición de piezas en pacientes que, de otro modo, no podrían ponerse implantes.
Cuál es la técnica
Como en todo tratamiento, primero debemos evaluar el historial clínico del paciente y su estado de salud general. Aquí también se lleva a cabo una exploración intraoral, así como las pruebas radiológicas pertinentes.
Cuando todas las condiciones son favorables para la realización del tratamiento, procederemos a realizar un injerto de hueso en la zona más posterior del maxilar superior, es decir, en el área donde se encuentran los premolares y molares. Normalmente, el procedimiento se lleva a cabo mediante el protocolo de elevación del seno abierto.
Tras la administración de la anestesia local, realizaremos una incisión en la encía lateral, que se prolonga linealmente hasta crear una ventana de acceso al seno maxilar con la que tener una amplia visión de la zona. Después, se despega la membrana que tapiza el seno, llamada membrana de Schneider, con la finalidad de conseguir el espacio necesario para añadir el hueso artificial. Este está compuesto principalmente de hidroxiapatita de calcio, una sustancia biocompatible y biodegradable.
En los meses siguientes, la hidroxiapatita será englobada por las células del hueso del propio paciente y, lentamente, reabsorbida y transformada en hueso propio.
Elevación del seno maxilar y colocación de implantes
Lo normal es que, de 6 a 9 meses después de habernos sometido a este tratamiento de elevación del seno maxilar, ya podamos utilizar esta regeneración ósea para colocar los implantes dentales.
Sin embargo, y aunque no es lo normal, en algunos casos la colocación de los implantes puede llevarse a cabo inmediatamente en la misma intervención de la elevación de seno.
Además, la elevación del seno maxilar refuerza la efectividad de los tratamientos con implantes en la zona posterior del maxilar superior. Esta área es donde se suelen concentrar la mayor parte de los casos de colocación de implantes ya que es una zona que suele estar afectada por la pérdida prematura de dientes o la enfermedad periodontal.
Y es que la pérdida progresiva de hueso, así como no disponer de la suficiente altura ósea, suelen suponer un problema para fijar un implante con éxito. Por tanto, este tratamiento es fundamental en estos casos.
Cuál es su precio en España
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Esta intervención a veces es la única solución para poder acceder a la opción de utilizar implantes dentales.
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Cómo es el postoperatorio de la elevación de seno maxilar
La elevación de seno es una operación frecuente y predecible. Además, una de las principales ventajas es que cuenta con un alto porcentaje de éxito y bajas complicaciones, siempre que nos pongamos en las manos de un buen profesional.
En cuanto al postoperatorio de elevación del seno maxilar, que se suele dar en un porcentaje muy bajo de casos, lo más normal es la inflamación en la zona intervenida, también se puede esperar un hematoma que irá desapareciendo poco a poco. La hinchazón suele alcanzar su pico más alto durante las primeras 48 horas. Lo más habitual es que todos los síntomas hayan desaparecido totalmente entre una semana y diez días tras la intervención.
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