A todo el mundo le gusta que sus dientes estén blancos y brillantes. Para ello, lo básico es cuidar la higiene diaria y visitar al dentista con la regularidad adecuada. Además de eso, hay algunos hábitos que se pueden evitar para no tener los dientes amarillos, no generar caries y mantener una sonrisa brillante y blanca durante más tiempo.
Tabaco
Los dientes tienden a mancharse por la acción del alquitrán y de la nicotina, y acaban adquiriendo una coloración parda, además de mayor cantidad de sarro. Por otro lado, el tabaco aumenta la posibilidad de desarrollar cáncer oral y otras enfermedades como la periodontitis.
Café
Debido a su coloración oscura e intensa, es una de las sustancias que más daña la coloración natural de los dientes. Consúmelo con moderación, o tómalo con leche.
Té
Los taninos están muy presentes en el té, sobre todo en el té rojo y el té negro. Estas variedades de té son especialmente dañinas para el color natural del esmalte, ya que le dan una coloración amarillenta.
Frutas y verduras de colores intensos
Frutas como los arándanos, las moras y las cerezas, y verduras como la remolacha o las espinacas, tienen un fuerte pigmento que se adhiere al esmalte de los dientes manchándolo. Además, también hay que tener cuidado con los cítricos, ya que sus ácidos pueden dañarlo.
Bebidas azucaradas y con gas
Los azúcares que contienen los refrescos dañan los dientes al alimentar a las bacterias de la cavidad oral. Además, las bebidas carbonatadas y el zumo de cítricos tienen un pH muy ácido, lo cual perjudica mucho al esmalte dental ya que tras beberlas, el esmalte queda erosionado, por lo que es más fácil que los pigmentos penetren en el diente y lo manchen. Para evitar esto, se recomienda tomar estas bebidas con pajita, ya que así disminuye el contacto de los líquidos con los dientes, y esperar 15 minutos antes de lavarse los dientes para dar tiempo a que la saliva neutralice los ácidos ingeridos.
Salsas oscuras
Las salsas que tienen una coloración fuerte, como la salsa de soja, el vinagre de módena o la salsa de tomate, pueden penetrar en los dientes y darles una coloración amarillenta debido a sus agentes colorantes y a sus ácidos.
Vino
Si tomas vino, ya sea tinto o blanco, toma agua después para limpiar los dientes. El vino tinto, por un lado, tiñe los márgenes de los dientes de color púrpura. El vino blanco, por otro lado, contiene un ácido que disuelve el esmalte y lo vuelve más poroso, de forma que los dientes se vuelven menos resistentes a las manchas.
Especias de colores llamativos
Las especias de colores intensos (rojo, amarillo…) como el curry, el pimentón o la cúrcuma, tiñen los dientes de un tono amarillento muy intenso. En cambio, si mantienes una buena higiene bucal y no abusas de ellos, no se adhieren al esmalte.
Medicamentos y tratamientos
Existen sustancias no alimentarias que dan color a los dientes. Entre ellas están la clorhexidina, un antiséptico usado para tratar lesiones bucales, la cual si se utiliza con frecuencia puede manchar los dientes. Otras sustancias que pueden manchar los dientes son los antibióticos como la tetraciclina y doxiciclina consumidos en etapas de formación de los dientes durante el embarazo y niñez así como ciertos medicamentos para tratar la psicosis, la hipertensión y las alergias.
El paso del tiempo y un mal cuidado
Si al paso del tiempo le sumamos no cepillarse los dientes adecuadamente o no hacerlo lo suficiente, los dientes tomarán, inevitablemente, un tono amarillo.
¿Cómo evitar que mis dientes se vuelvan amarillos?
Para evitar que los dientes adquieran una coloración amarillenta, lo más importante es mantener una higiene diaria correcta y visitar al odontólogo con regularidad. El cepillado ha de realizarse de una forma exhaustiva y suave, con un cepillo de cerdas no muy duras y un colutorio adecuado. Si además se tienen en cuenta los alimentos mencionados anteriormente para consumirlos con moderación o lavarse los dientes como se recomienda tras ingerirlos, es posible que el blanco de tus dientes se mantenga más tiempo.
¿Qué hacer para que mis dientes dejen de estar amarillentos?
La solución más eficiente para conseguir una sonrisa blanca y brillante de nuevo es someterse a un blanqueamiento. Así se logra incrementar varios tonalidades el color de los dientes, dejándolos más blancos. Uno de los blanqueamientos más eficientes es el combinado. Éste consiste en realizar una parte del tratamiento en la clínica y la otra en casa con un agente blanqueador y férulas individualizadas para cada paciente.